1.- Mantenimiento y limpieza de la transmisión
Es, probablemente, el elemento más importante de la bicicleta. Al fin y al cabo, es lo que hace que la bicicleta se mueva. Mantener la transmisión limpia y bien lubricada es un proceso sencillo y conseguirá un funcionamiento correcto tanto de todo el conjunto como del cambio, sobre todo el trasero. Una limpieza y lubricación constante también hará que los componentes que la conforman duren más tiempo.
2.- Ajuste de cambios
Si hay algo que da rabia cuando montamos en bici es, sin duda, que el cambio no funcione correctamente. Volvemos, como en el punto anterior, a resaltar la importancia de un funcionamiento correcto, pues esto hará que las piezas se desgasten menos y nos duren más. Ajustar un cambio no es una tarea muy complicada, solo requiere conocer cómo funciona el cambio y saber cuál es el protocolo de ajuste del mismo. Todx ciclista debe saber ajustar el cambio.
3.- Ajuste de frenos
Ya sean de zapata o de disco, ya sean mecánicos o hidráulicos, todxs deberíamos saber ajustar los frenos y cambiar las zapatas/pastillas. Es el elemento de seguridad por excelencia, de poco nos servirá mover la bici si luego no podemos frenarla. Son cuestiones mecánicas bastantes sencillas y que no requieren de herramientas especiales. Saber ajustarlas y saber cuáles son los elementos de desgaste nos ahorran más de un susto y más de un euro.
4.- Reparación de pinchazos
Es la avería más típica, por eso es de lo primero que solemos aprender de mecánica de la bici. En este apartado incluimos, el cambio de cámara y poner un parche, con todo lo que acompaña a dichas acciones.
5.- Reparación de cadena, uso de tronchacadenas
Pasa con más frecuencia de lo que creemos. La cadena de la bici se puede romper debido a diferentes factores. Es una de esas averías que te deja bastante “tirado/a”. Saber utilizar un tronchacadenas es relativamente sencillo, y nos ayudará a terminar la ruta sin grandes complicaciones.
6.- Poner y quitar los pedales
Es una cosa muy fácil de hacer, al fin y al cabo, solo son dos tornillos, lo único que hay que saber es que el izquierdo “va al revés”.
7.- Conocer el funcionamiento general de la bicicleta
Nos ayudará a cuidar y mantener en un estado óptimo la bicicleta.
Tener unas nociones generales de mecánica siempre nos va a venir muy bien: Para hacer un diagnóstico, para evitar “males mayores”, para limpiar la bici de forma correcta, para transportarla o almacenarla, para saber que partes son más delicadas o es importante proteger, etc.
8.- Aunque no sepas hacerlo, sí que conviene saber los periodos de revisión
Va muy unido al punto anterior, hay muchas cosas que no tenemos por qué saber hacerles el mantenimiento, pero si debemos saber cuándo toca hacérselo. De esta forma sabremos el estado de cada una de las partes y componentes de la bici. Así, siempre tendremos la bici apunto y podremos ir haciendo los mantenimientos poco a poco, y evitaremos que el día que llevemos la bici al taller nos den una mala noticia y haya que cambiar más cosas de las que nos gustaría, con el desembolso económico que ello conlleva.
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