Imagen fuente Waldemar Brandt en Unsplash
Hace unos días Madrid anunció que estudia que los menores de edad no puedan usar una bici si no llevan casco, ampliando así en 2 años el límite estatal actual, fijado en los 18 años para toda España.
Como cada vez que se saca este tema, la polémica ha saltado entre los que no entienden cómo no se ha hecho antes (y cómo es que no se hace también para adultos) y los afectados que rechazan la medida. Los argumentos son variados, desde la falta de competencias de un ayuntamiento para contradecir una norma estatal, como la comparativa con otros países donde hay tradición ciclista y no se obliga… o los que sí lo tienen obligatorio.
Como expertos en formación y seguridad vial, queremos introducir un argumento que las autoridades en España ignoran sistemáticamente: el casco obligatorio en usuarios de la bici urbanos (no en ciclistas deportivos) puede aumentar los accidentes de tráfico, tanto para los afectados como para los demás. Y en el caso de los menores de 18 años, el riesgo es especialmente alto.
¿Sorprendido? Sigue leyendo

- Lo que dicen los estudios: el casco obligatorio en la bici hace que la gente cambie de modo de transporte
Lo primero que hay que entender es que la bici para realizar desplazamientos utilitarios (al trabajo, al colegio, a la compra) no tiene mucho que ver con la bici como uso deportivo. En el primer caso, la bici sólo se usará si las condiciones son muy favorables. Cualquier dificultad, sea por falta de aparcamiento seguro, un recorrido con mucho tráfico, o limitaciones legales hará que la persona desista de usar la bici y busque otro modo de transporte. Quien coge la bici para hacer deporte lo hace sin importarle demasiado los obstáculos.
Esta diferencia es clave para entender por qué algunas leyes que obligan a emplear sistemas pasivos de seguridad, como el cinturón o el casco no tienen efectos apreciables en el número de gente que conduce coches o motos, pero sí son devastadores para el uso de la bicicleta. Cuando un país prohíbe circular sin casco en bici sólo una parte decide protegerse con el casco (generalmente los deportivos). La otra, deja la bici. Así ha pasado sistemáticamente en Australia, Canadá, Nueva Zelanda y el resto de lugares donde se ha implantado la medida.
Así, el tiro sale por la culata: los ciclistas que no llevan casco prefieren dejar la bici antes que ponérselo. Si eres ciclista deportivo, seguro que esto te parece absurdo. Si eres ciclista urbano, no tanto. Si eres usuario de bici pública, posiblemente es que no tengas otra opción.
- ¿Compensa? No
Los alemanes, que son muy de medir las cosas antes de implantarlas, ya han hecho estudios al respecto. Un ciclista que decide usar casco genera un ahorro a la sociedad de 0,03€ por km recorrido, básicamente por el menor coste sanitario en caso de accidente. Esto es un buen motivo para recomendarlo. Pero al obligar, aparecen efectos colaterales no deseados: El mensaje de que ir sin casco es irresponsable desanima a potenciales ciclistas, que concluyen que la bici es peligrosa y deciden no usarla, empleando otros modos en su lugar. Esto genera dos efectos negativos en la seguridad vial:
- Al reducirse la presencia de bicis circulando, el resto del tráfico le presta menos atención y sube la siniestralidad de este grupo. Es un llamado “safety in numbers” que se comprueba con facilidad en cualquier ciudad en la que varía el número de ciclistas. Cuantos más hay circulando, más seguro es… y viceversa.
- Si el viaje que se iba a hacer en bici se sustituye por un coche, se aumenta el riesgo de atropello a terceros x 60. Si el cambio es por la moto, las posibilidades de accidente mortal suben de 3-7.
Con las limitaciones legales de España, hasta los 15 años esto supone que un viaje en bicicleta se convierte en un viaje a pie, en bus o siendo pasajero en el coche de sus padres.
Este cambio multiplica x60 el riesgo de atropellos a terceros, y es un riesgo especialmente sensible en los lugares donde los padres llevan a sus hijos con frecuencia, como los entornos escolares. El 38% de los atropellos a menores se producen precisamente a la puerta del cole, y los principales agresores son los propios padres. Poder cambiar ese viaje en coche por una bici reduciría el problema, pero los padres están demasiado asustados, en parte por los mensajes institucionales de peligro y necesidad de casco.
A partir de los 15 años el problema de la seguridad se dispara: en la edad más insegura que existe para conducir el menor se encuentra con la opción de usar motos, el vehículo más inseguro que existe, tal como nos recuerda el European Road Safety Council y la DGT. No es de extrañar que los municipios más seguros de España tengan un uso de la moto muy por debajo de la media, tal como mostraba la Fundación Mapfre en este estudio.

Fuente: European Transport Safety Council
Quizá pueda parecer extraño que se tenga miedo a coger la bici pero no una moto, con más masa, más velocidad y por tanto más peligrosa, pero así es la percepción distorsionada que tenemos en países donde la tradición ciclista es básicamente de carretera y deportista, frente a una práctica urbana muchísimo más segura. Las empresas no tienen reparo alguno en facilitar parkings de moto en sus oficinas para sus empleados, pero se niegan en redondo a facilitar medidas para las bicis por miedo a los accidentes, ignorando las estadísticas. ¿La excepción? Las empresas de seguros, que tienen datos para saber que lo mejor es apostar por la bici.
- ¿Igual es que en Madrid la bici sí que se está volviendo peligrosa?
El ayuntamiento está enviando un mensaje de que la bici es cada vez más insegura, ya que los accidentes han subido los últimos 5 años.
El cuadro completo es este:
- Cada vez hay más ciclistas en Madrid
- Los accidentes se han estabilizado los últimos 5 años. El crecimiento no es tal, sólo un cambio de metodología.
- Los accidentes son cada vez menos graves
- También en la franja de 16-18 años donde se quiere imponer el casco obligatorio se da esta mejora de la seguridad vial.
Es decir, ir en bici es cada vez más seguro. También en Madrid.

- ¿Entonces no recomendáis llevar casco?
Si eso es lo que crees, es que no has entendido nada.
El casco es la última cadena de un sistema de prevención de accidentes, dentro de los que aparecen políticas públicas y actitudes personales. Lo que está en el tejado de uno mismo es aprender a cómo circular para que el accidente no suceda, algo que cada vez más ciclistas hacen mejor gracias a seguir consejos, seguir la norma de circulación que recomienda usar el centro del carril o apuntarse a cursos como los que hacemos.
Circular a una velocidad moderada ayuda muchísimo a no tener accidentes, y los pocos que suceden implican caídas de costado e impactos suaves.
Y luego, una vez que tienes claro todo esto, por si acaso, puedes llevar casco, sobre todo si circulas con lluvia, en suelos con piedras…
Seguro que ayuda. Pero no porque montar en bici sea peligroso, tú decides a qué peligros te quieres enfrentar y siempre hay un plan B que mejora la seguridad empleando un poco más de tiempo, algo siempre recomendable lleves casco o no.
¿Usar casco para poder circular a gran velocidad para batir tu marca? Bien para tu colesterol, pero desde el punto de vista de la seguridad vial, te recomendamos que ruedes despacio aunque vayas sin casco.
Te puede interesar: