Tubeless si, tubeless no.
Está completamente instaurado, pero, no todo es blanco o negro, os explicamos por qué. A continuación, os contamos ventajas e inconvenientes de este sistema.
Lo primero es explicar de qué hablamos, ¿qué es el sistema tubeless?
El tubeless es un sistema que lo que hace es suprimir la cámara tradicional, en su lugar, se introduce un líquido sellante y, además, se sustituye el tradicional fondo de llanta por uno específico para sistemas tubeless cuyo objetivo es sellar la llanta, evitando que se pierda aire y líquido sellante por los agujeros de los radios.
A lo anterior hay que añadir que, tanto la llanta como la cubierta, tienen que ser compatibles con este sistema. En el caso de las cubiertas las encontramos tubeless 100% o tubeless ready. Veré si en otro artículo explico la diferencia entre estos dos tipos de cubierta, aun que parece que la tendencia lleva a que todo acabará siendo tubeless ready.
¿Por qué es importante que la llanta y la cubierta sean específicas? Bien, en el formato tubeless es importante que todo el conjunto quede bien sellado y, que los materiales estén pensados con este fin, nos va a facilitar mucho el montaje inicial y el mantenimiento, así como mejorará el rendimiento.
Por último, la válvula también es específica. Como se aprecia en la foto anterior, es parecida a la de una cámara pero tiene en su parte interna como un taco de goma que hace que selle el agujero para evitar que se salga el líquido y el aire por dicho agujero. Se usan los dos tipos de válvula: fina o presta y gorda o schrader.
Una vez explicado el funcionamiento y los componentes que lo conforman vamos a ver qué ventajas e inconvenientes presenta este sistema.
La principal ventaja es que se pincha menos que el sistema tradicional con cámara, el líquido sellante que añadimos al interior de la cubierta se encarga de taponar los pinchazos que se puedan producir y, aunque depende del líquido que usemos, suelen ser capaces de taponar agujeros muy considerables.
Otra ventaja que aporta llevar tubeless en las ruedas de nuestra bici es que nos permite llevar menos presión. Esto nos ofrece un mejor agarre, siempre respetando los intervalos de presión que nos marca el fabricante en el flanco de la cubierta. Al no llevar cámara nos olvidamos del típico reventón por llevar poco aire. Además, el tubeless nos permite añadirle las ya famosas mousse o nubes. ¿Qué son? Son una especie de cámara de espuma que nos permite proteger la llanta de los posibles “llantazos». Un complemento muy recomendable sobre todo en modalidades más agresivas como el enduro o DH.
Una de las ventajas que sí que aporta este sistema, es la reducción de peso. Lógicamente, al quitar las cámaras reducimos peso, esto para algunas personas es importante, para otras no tanto.
Hay que tener en cuenta que se ha producido una mejora en los sistemas de reparación en ruta y posterior en casa: las conocidas mechas nos ayudan a solucionar pinchazos de gran tamaño que el líquido no es capaz de sellar. Con un pro considerable que es que no hace falta ni quitar la rueda de la bicicleta. Además, también hay a disposición del usuario parches específicos para posteriormente reparar el agujero en casa. Si el agujero fuera un corte amplio y que el parche no pudiera tapar, podemos recurrir a los vulcanizados: “pegamento» más caucho.

Pero como decía al principio, no todo son ventajas, ya sabemos que no hay sistemas ideales, todo tiene sus pros y sus contras.
Para empezar, hay que decir que este sistema puede presentarnos problemas a la hora de hacer el tubelizado inicial. En los talleres nos ayudamos de un buen compresor. Cuando montamos este sistema necesitamos que la cubierta y la llanta encajen para evitar que se escape el aire, lo que llamamos “talonar». Si la cubierta es nueva suele implicar la necesidad obligatoria de usar el compresor. En el mercado ya podemos encontrar sistemas alternativos al compresor, bombas de pie con depósito en el que comprimir aire y luego por medio de una llave soltarlo todo de golpe. También podemos encontrar una especie de depósitos parecidos a una cantimplora que cumple la misma función: se llenan de aire con la bomba de pie y por medio de la apertura de una válvula podemos soltar todo el aire de golpe.
Como se puede ver, hay opciones para poder tubelizar nuestras ruedas, pero implica añadir gasto al desembolso inicial.
Otro inconveniente es el hecho de que hay que hacerle un mantenimiento periódico, depende del líquido que usemos, cada tres o cuatro meses hay que abrir la rueda para comprobar el estado y cantidad del líquido sellante. Esto no suele dar tantos problemas a la hora de talonar la rueda ya que la cubierta y la llanta están “hechas la una a la otra”. Habitualmente, con una buena bomba de pie nos sirve, pero a veces hay que recurrir nuevamente al compresor.

Siguiendo con la lista de contras, hay que decir que el sistema tubeless tiene sentido para bicis que reciben un uso frecuente. Al llevar el líquido, si tenemos mucho tiempo la bicicleta parada, sin usarla, el líquido se quedará localizado y seco en un único sitio de la cubierta, en la parte de abajo. El tubeless implica que el líquido se mueva por toda la rueda para que cumpla su función correctamente.
Llevar tubeless no implica la garantía absoluta de no pinchar, si bien reduce las probabilidades, no las elimina al 100%. Esto nos obliga a seguir llevando una cámara de repuesto en ruta y las herramientas correspondientes para arreglar un pinchazo. Digamos que no es un inconveniente en sí, pero tampoco aporta una ventaja en ese sentido.
Como en tantos y tantos casos, hay que analizar detenidamente cual es el uso que hacemos de nuestra bici, los recursos materiales, económicos y conocimientos de mecánica que tenemos para saber si pesan más las ventajas que los inconvenientes, y a partir de ahí decidir que sistema se ajusta mejor a nuestras necesidades.
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